Cuando nos preguntaban ¿qué quieres ser de mayor?
La respuesta cuando somos niños es muy variada: puede ser desde cantante a modelo, futbolista o astronauta. Lo más atractivo para un niño pequeño. También suele ser una respuesta cambiante pues aprendemos futuros diferentes que nos convencen, como pueden ser bombero, policía, enfermera o el trabajo de tus padres. En cambio, cuando me lo preguntaban a mí yo siempre respondía lo mismo: profesora. Esa idea ya nunca salió de mi cabeza y decidí estudiar para dedicarme a ello.
¿Cómo se definió mi sueño en una vocación?
Quería ser profesora y empecé a dar clases de repaso a mis propios compañeros mientras estudiaba el bachillerato. Ahí fue cuando me di cuenta de que me gustaba. El resultado fue muy emocionante. La confirmación de mis sueños había llegado. Me escuchaban, aprendían y mis esfuerzos daban su fruto: mis compañeros, mis amigos, mis alumnos aprobaban sus asignaturas. Todos estábamos muy contentos. Conclusión: valía para ello.
Profesora, pero ¿de qué…?
Estudié en Nueva York y en Ámsterdam (Holanda es un país bilingüe). Ya en Barcelona, al mismo tiempo que estudiaba y me licenciaba en la Universidad Central, conseguí un trabajo en una empresa como profesora de inglés. Quería dar clases a alumnos de bachillerato y, al día siguiente de la entrevista, lo que me presentaron fueron dos grupos esperándome en un colegio, uno de segundo de primaria y otro de P4. El reto era estimulante pero, ¿cómo consigues que quince niños de 4 años aprendan inglés al mismo tiempo sin que sea un caos total? Todavía no tenía la respuesta. Sin embargo, se sucedieron los meses y la experiencia fue genial. Los niños eran adorables y todo fue de maravilla. Disfruté mucho con ellos. Nos compenetramos muy bien y sus progresos me dejaron fascinada. Ahí fue que supe a qué quería dedicarme: a profesora de inglés de infantil y primaria. Nunca antes me había sentido tan realizada como al enseñar a esos pequeñines que habían entrado en mi vida. La sensación era tan gratificante que nada de lo que había vivido se podía comparar. Lo más importante sobre todo es el amor que te ofrecen incondicionalmente.
Lo que había conseguido era la ecuación casi imposible, ser profesora me daba lo que más ansiamos todos: la FELICIDAD.
“Si crees en los sueños, ellos se crearán. El creer y el crear están a una letra de distancia”
Albert Espinosa
Después de varios años sé que podemos hacerlo mejor. Además de transmitir conocimientos tenemos la oportunidad y el deber de educar en unos valores que conviertan a los niños en buenas personas. Un paso detrás de otro, alumno por alumno, hoy creando una empresa de educación aportando mi granito de arena. Esa es, de momento, mi misión.